Resistencia al fuego en las estructuras de los edificios
La seguridad contra incendios es un factor esencial a la hora de diseñar y construir un edificio, con independencia del material que se utilice.
Cada tipo de estructura –sea de hormigón, acero, madera o ladrillo– debe cumplir con las normativas vigentes y considerar el uso previsto con el objetivo de:
Reducir las probabilidades de incendio
Garantizar la estabilidad estructural durante un incendio
Limitar la propagación de llamas y humo, tanto hacia el interior como hacia edificios adyacentes
Garantizar la seguridad de los ocupantes y facilitar las operaciones de rescate
Fuego y madera: ¿la resistencia al fuego de una estructura de madera es menor que la de otras estructuras?
No, la resistencia al fuego de una estructura de madera no es menor que la de otras estructuras. En caso de incendio, la madera de ingeniería se comporta de forma muy previsible con lo cual se desmiente el prejuicio sobre la escasa resistencia al fuego de los edificios de madera.
Como ocurre con cualquier otro material de construcción, es imprescindible incorporar medidas de prevención y de protección en el diseño.
Protección pasiva
Se trata de medidas que no requieren ninguna intervención externa. Son medidas de diseño basadas en las propiedades físico-químicas de los materiales y en las características constructivas. Ejemplos:
Paredes y forjados resistentes al fuego.
Materiales aislantes.
Compartimentación contra incendios.
Prevención de incendios: protección activa y pasiva
La prevención de incendios combina un conjunto de medidas pensadas para prevenir, detectar y reducir los riesgos de incendio. Estas se dividen en dos categorías principales:
Protección activa
Medidas que requieren la intervención humana o la activación de dispositivos, como:
Sistemas de alarma.
Extintores.
Rociadores automáticos.
Resistencia al fuego: definición y clases
La resistencia al fuego indica la capacidad de un elemento constructivo de mantener la estabilidad estructural durante un incendio por un determinado período y, al mismo tiempo, conservar la compartimentación contra los humos y los gases calientes.
Clases de resistencia al fuego
La resistencia al fuego de una estructura se expresa mediante tres indicadores fundamentales:
R (capacidad portante): la estructura mantiene la estabilidad bajo la acción del fuego.
E (integridad): impide el paso de llamas, vapores y gases calientes hacia el lado no expuesto al fuego.
I (aislamiento térmico): limita la transmisión de calor y mantiene la temperatura inferior a 180 °C en el lado no expuesto al fuego.
Las clases de resistencia al fuego se expresan en minutos: 15, 30, 60, 90, 120, 180, 240 y 360 minutos. Estos valores se indican después de la sigla REI (por ejemplo, REI120). En el caso de estructuras no portantes, la clase se indica con la sigla EI (por ejemplo, EI90).
Los incendios de Londres y Valencia: lecciones de seguridad
Dos trágicos incendios europeos demostraron las devastadoras consecuencias del uso de materiales inadecuados: el de la Torre Grenfell en Londres y el de dos rascacielos en Valencia. Ambos casos resaltan la importancia de la elección de materiales resistentes al fuego en el diseño de los edificios.
En cuanto a la Torre Grenfell, la investigación (publicada íntegramente en www.grenfelltowerinquiry.org.uk) destacó que el fuego se propagó gracias, también, a los paneles de protección contra la lluvia fabricados con material compuesto de aluminio (ACM) con un núcleo de polietileno. Este último es un material altamente combustible que favoreció la rápida propagación de las llamas. Igualmente, las fachadas ventiladas contribuyeron a empeorar el fenómeno, ya que permitieron el paso de humos calientes.
En Valencia, el incendio que destruyó dos rascacielos en febrero de 2024 presentó una dinámica similar. También en este caso, los materiales no adecuados aceleraron la propagación de las llamas, con consecuencias catastróficas para las estructuras y los ocupantes.
Estos acontecimientos destacan la necesidad urgente de utilizar materiales con reacción al fuego certificada, diseñados para limitar la propagación de las llamas y proteger a las personas y los edificios.
¿Qué es la reacción al fuego de los materiales?
La reacción al fuego evalúa en qué medida un material contribuye a la propagación de un incendio. Según la norma EN 13501-1, los materiales se clasifican en:
Clase A: no combustibles.
Clases B, C, D y E: combustibles, cuya contribución al fuego aumenta con la clase.
Clase F: materiales con prestaciones no determinadas (NDP) o que no alcanzan la clase E.
Otros parámetros evalúan:
Densidad de los humos: s1 (baja), s2 (media) y s3 (alta).
Peligrosidad del goteo: d0 (sin goteo), d1 y d2.
A continuación, se ilustra un ejemplo de diferentes reacciones al fuego y de goteo:
La resistencia al fuego: diseño y materiales
Para garantizar la seguridad estructural y de los ocupantes, las medidas de protección pasiva se deben planificar ya en la fase de diseño. La elección de los materiales y de las soluciones constructivas es crucial tanto para el cumplimiento de las normativas como para asegurar un adecuado nivel de protección de las personas y de los edificios.
La resistencia al fuego es un tema central en el diseño de edificios de madera maciza. Por este motivo, a nuestra gama de láminas para la protección de paredes, cubiertas y forjados -caracterizadas por una reacción al fuego definida según las normativas vigentes– hemos añadido una nueva línea de productos para el paso de instalaciones, diseñados para mantener la resistencia de los elementos de separación en los puntos donde son atravesados por las instalaciones.
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